Aunque me duela, me dejará Daniela; sopa de pollo picante, con pasta corta. Por si te sobró algo de pollo asado o al horno, y no te lo quieres comer recalentado y seco.

2 personas • 30 minutos

  • 1 pechuga de pollo asada (sobras), desmenuzada
  • 2 tazas de pasta corta (rigatti, corbatas, espirales, etc)
  • ½ cebolla
  • 1 ají verde
  • ¼ pimentón rojo
  • 1 taza de vino blanco
  • queso rallado

Pica la cebolla, el ají (sin pepas) y el pimentón. Ponlos a dorar en aceite de oliva o mantequilla en una olla a fuego medio, junto con el pollo desmenuzado. Échale sal y pimienta, y dora unos 5 minutos revolviendo de vez en cuando. Agrega el vino y deja hervir hasta que el vapor ya no huela tan fuerte a alcohol.

Agrega 3 tazas de agua hirviendo, baja el fuego y cocina unos 5 minutos más a olla tapada. Echa la pasta y cuécela hasta que esté al dente; blanda, pero levemente dura al centro. Para saber esto tienes que probarla.

Prueba para ver cómo está de sal y de concentración. Agrega más vino si crees que el caldo está muy desabrido, o más agua si está muy fuerte.

Sirve cuando la pasta esté lista, en platos hondos previamente calentados con agua.